viernes, 7 de enero de 2011

Jonah Hex: Lo malo si breve...

¡Ugly es la película, mamones!
Si tuviera que definir la película de Jonah Hex en una sola palabra, diría que es prescindible. Si fuese menos educado, diría que es un culo de película. Basada, el personaje al menos, en un comic nacido en los 70 sobre un soldado confederado desfigurado y con la capacidad de hablar con los muertos (este poder solo en la peli, parece ser), la película ha sido llevada al cine con medios económicos y nombres famosos a su favor, pero con el handicap de que el guión lo podría haber hecho un lémur. Podríamos decir que la película es más lineal que una pantalla de Mario Bros, pero además mucho más previsible.

La peli empieza contando, en apenas 5 minutos, el origen del personaje, intercalando unas escenas de animación que están completamente fuera de lugar. Luego comienza la acción, donde Jonah (Josh Brolin) es el típico antihéroe, con aspecto de malo, frases ingeniosas y un pasado atormentado, pero que en el fondo lucha contra el mal. Básicamente, la película cuenta como Jonah va en busca del General Turnbull (John Malkvich), al que creía muerto y que además es el que mató a su familia y le desfiguró el rostro. Turnbull ha robado un arma super chiripitifláutica de destrucción masiva y quiere destruir a la Unión el día de su centerario: ¡Que tipejo tan indeseable!

Con esta premisa, Jonah va de un lado para otro como si tuviese un jet. Parece que el tiempo no pasa para él. Coge su caballo y se va al sitio donde le dan información. Se monta en su caballo y va al otro sitio donde está el malo. Le hieren de muerte, se monta en su caballo y se va al sitio donde lo curan. Así, como si todo estuviese en el mismo barrio.

No os soltamos hasta que prometáis no hacer la secuela
De por medio el malísimo Turnbull secuentra a Lilah (Megan Fox), una prostituta de saloon que es la única persona en la que Jonah confía, para usarla de parapeto cuando el protagonista, invariablemente, llegue hasta él. Turnbull, como buen malo de película mala, cuando tiene a Jonah y a la chica apresados decide dejarlos con vida y encerrarlos con más bien una vigilancia nula, en lugar de cargárselos y ahorrarse el dolor de cabeza, a pesar de que hace 10 minutos había arrasado a sangre fía un pueblo con 300 habitantes.

Por supuesto, Jonah y Lilah se escapan y resulta que ella es una especie de Rambo, porque reparte a los malos que da gusto. Llega el momento de la pelea final, Jonah gana a pesar de que le estaban dando una paliza de muerte y salva el país. El presidente de los EEUU le ofrece el puesto de sheriff del país, pero Jonah, como buen antihéroe, no se somete a ninguna autoridad y se larga con viento fresco y esperemos que para no volver jamás.

La película transcurre en unos escasos 80 minutos, créditos incluídos, dando una enorme sensación de apresuramiento. La historia sufre de haber sido descafeinada para lograr el maldito PG-13, lastimándose la historia y la narración en favor del interés comercial. Los personajes son bastante cartonpiédricos porque no hay tiempo de desarrollar ninguno y la verdad es que no llegas a encariñarte con ellos y te importan tres cocos lo que les pase. La trama es muy mala, todo pasa muy deprisa y da la impresión de que el bueno de John Malkovich no se toma en serio a su personaje, poniendo más interés dramático en el anuncio de Nesspreso. Una lástima, porque bien hilada y con un mejor guión, la película podría haber resultado muy interesante, pero ha quedado para película de palomitas de usar y olvidar.

1 comentario:

Neovallense dijo...

Bonitos muslos los de Megan Fox...

Por cierto, para que veáis lo bueno que soy, os he enviado un spoiler, ejjeje

Saludos.

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