lunes, 2 de mayo de 2011

La trampa del mal: El demonio era la vieja

Perdone ¿Éste baja?
La Trampa del Mal (Devil en el original) es una película escrita y producida por el inefable M. Night Shyamalan. Forma parte de una especie de trilogía de historias, inconexas entre sí, llamadas The Night Chronicles.

La peli cuenta la historia de un poli (Chris Messina) con problemas con el alcohol (qué poli americano de película no lo tiene. Un poco de originalidad, hombre, haced un poli adicto al porno de internet o algo), debido a que hace 5 años mataron en un accidente de coche a su mujer y a su hijo, y al tipo que lo hizo nunca lo pillaron.

Un día, cinco personas entran en un ascensor, donde quedan atrapados y todos los intentos de rescatarlos son infructuosos. Al parecer, el diablo es uno de ellos, y está ahí para castigarlos antes de llevárselos al infierno. Mientras están encerrados, las luces se apagan y demás y cuando se encienden uno de ellos está muerto. Así que tienen que lidiar no solo ya con las incomodidades, olores y estrecheces de un ascensor lleno de gente, sino que hay un cuerpo tirado en el suelo. Los vigilantes llaman a la policía, que por medio del protagonista, trata de mantener las cosas bajo control. Pero no hay nada que hacer. El diablo hace de las suyas y cada poco rato cae uno de ellos: Primero el vendedor de colchones, después la vieja, después el vigilante del edificio. Cuando ya solo quedan el ex-militar de Afganistan y la mujer que venía a divorciarse, se va la luz y queda solo el militar. ¿Es él el demonio? Pues no, la vieja se levanta del suelo, y con la típica voz distorsionada de Lucifer, le da la murga al chaval, que en última instancia acepta que es un pecador sin remisión y confiesa, antes de que se lo lleve el Maligno, que él mató hace cinco años a una mujer y su hijo en un accidente de coche. El diablo se fastidia y se larga, y el poli, que se había enterado, se lo lleva y por el camino dice que le perdona.

Estamos encerrados... ¿jugamos al conejo de la suerte?
Un film interesante que narra una historia un tanto convencional en un entorno atípico, como es un ascensor. La actuación es decente y llega a transmitir la tensión del momento, pese a que uno pueda tener dudas de si es posible que en 5 minutos encerrado con la gente te convierta en un gilipollas integral. La película peca de la previsibilidad normal de este tipo de largometrajes: Sabes que van a palmar y lo más interesante es ver como lo hacen y cómo reaccionan. La sorpresa final en mi caso ha sido que, teniendo el padre que tiene, la película no me haya provocado un aneurisma.

La trampa del mal en IMDb, Filmaffinity y Rotten Tomatoes.

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